Quiero que sea testigo de nuestro amor, que cuando nos reflejemos en él se transmita el verdadero sentimiento que nos embarga. Que me lleva a depender de ti de esa manera tan especial, tan irónica y tan necesaria para mi corazón.
Quizás poco a poco él será testigo de los cambios que vamos realizando, de cómo nuestra piel pierde su tersura para ir poco a poco arrugándose por el paso del tiempo y de la vida, de como se nos van marcando esas líneas de expresión.
Verá como nuestro pelo empieza a cambiar de color y a blanquearse día a día, pero siempre será el mismo reflejo, el tuyo y el mío. Él será nuestro testigo fiel, nuestro cómplice más callado, nuestro más leal y sincero compañero. Pero también será en el que se refleje mi razón de ser, mi locura y mi debilidad, porque en el se reflejará tu rostro, el rostro más hermoso que jamás contemplará, el rostro de quien me da la vida y me anula la tristeza, la sonrisa que me ayuda a ver que cada día es especial, que cada momento es único y que con él se va pasando el tiempo, el será el único que me demuestre que estoy envejeciendo, haciendo más mayor, ya que en realidad a tu lado no veo que el tiempo pase, pues lo detuve el día que te conocí, que entrantes en mi vida. En aquel momento mágico en el que los dos nos reflejamos en él.
Pero también será esa trampa mortal que me enseñe los cambios que voy experimentando y que quizás me alejen de ti, ya que puede que con el paso de los días veas que no soy aquella persona que se reflejo por primera vez en ese espejo, que pierdo mi juventud y con ello se va la fachada de la que te enamoraste. Fiel y traidor amigo es el espejo, donde hoy quiero grabar mi pupila mirándote mientras te arreglas frente a él, quiero parar el tiempo con esa imagen, la tuya ente el espejo.
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