Desde hace poco una suave brisa de alegría inunda mis sentidos, dando paso a un estado de ánimo desconocido en los últimos tiempos vividos por mi.
Quizás no sepa bien describir ese estado de ánimo del que te hablo, pero sé a ciencia cierta que se trata de algo tan hermoso que no quiero que pase, que no quiero perder ni un segundo de poder disfrutarlo y lo más importante que cada uno de ellos quiero que te pertenezca a ti.
Cuentan que cada paso dado por el hombre hacía la felicidad es un paso dado por el mismo hacía la dulce condena del amor, y esos pasos los estoy dando cada vez más seguro, más consciente de darlos y más ilusionado por hacerlo porque quizás sea la manera más real de hacerlo, de ver que se puede y se quiere disfrutar de esos momentos únicos en los que se deja de lado al resto del mundo y nuestros cuerpos estorban para que nuestras almas se unan en una sola, en un solo suspirar del que nace el fruto de la vida, al que los poetas llaman amor.
Cada segundo que paso a tu lado es una nueva carga de oxigeno que entra en mi corazón para ser transformado en ternura y amor que quiero darte, que quiero regalarte, porque cada caricia, cada abrazo es un nuevo intento de llenar cada poro de mi piel con tu aroma, para así al separarnos tenerte cerca muy cerca de mi y llevar mejor esos momentos de soledad a los que das pasos tras cada despedida.
Me llenas de pequeños fragmentos de tu piel que se incrustan en la mía con cada beso que me das,
Me haces ver que la vida es un sentimiento al que se denomina amar.
Me devuelves la alegría y la ganas de luchar,
Por esto que siento dentro y que no quiero apagar.
Este fuego que me quema y me hace agonizar por este placer vivido
Al que tú sentido das.
Quiero verte hasta en mis sueños y poderte disfrutar,
Pues me hiciste ver que a tu lado no existe la soledad.
Déjame que te demuestre que se siente al amar,
Que te enseñe con mis besos a vivir y a disfrutar
De lo que sienten las almas cuando enamoradas están.
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